Soy así...

Soy de esa clase de personas que se quedan sin saber qué decir, que el nerviosismo las puede, la vergüenza y el sentimiento de quedar mal...
Soy de esa clase de personas que lo pasan mal al expresarse, al ser mal interpretadas, al no saber salir del paso...
Soy de esa clase de personas que te pueden escribir una carta de mil hojas pero que frente a frente solo puede mirar... Eso si, a los ojos

Aquel ..

Despistadamente recorro cada parte de mi mente intentando encontrar el momento en el que fui feliz.
Inusualmente pienso y recuerdo que fue a tu lado y me enveneno por dentro al saber que ya no estas, que todo paso y nada volverá.
Porque fue demasiado, fue eterno en un segundo, inmortal a día de hoy...
Ya no se puede, ya no vale recordar, ya todo esta acabado, llego el final.
He querido, he odiado hasta la saciedad, he intentado abandonarte, olvidarte, extrañarte, sentirte... He intentado imposibles que solo me acercan mas a la idea de que nunca te iras...
Ya no, no debería, pero siempre serás tu, aquel, siempre...

Confundida

Y no quiero sentir ni tampoco llorar
No quiero ser ni existir
Sentir compasión ni dolor
Quiero ser sólo yo, imperfecta, real!
Saber que estoy viviendo como deseé...
Notar que nada es irreal, que nada lo hago porque sí, soñar despierta si quiero y sino también .
Porque la vida jamás la entenderé, jamás la entenderemos... Vamos, venimos y hoy...nosé ni quién soy...

Yo vivo de sensaciones, de ilusiones y tentaciones...
Yo vivo de lo que sueño, de mis lamentos y sentimientos...
Yo vivo de tempestades...

Mi vida sin tu presencia no tiene sentido

Y eres tú el que me llena en cada amanecer. El que conocí siendo una niña y el que me enamoro hasta el día de hoy. Con altos y con bajos hemos llegado hasta donde estamos, feliz me has echo solo con tu presencia y soñar sólo con tu mirada. Quizás nunca soñé contigo pero estaría enamorada de ti aún sin conocerte. Te quiero mi amor.

Recuerdo lo primero que me dijiste, palabras tatuadas en mi piel: Mi vida sin tu presencia no tiene sentido

Eso ya no será más...

Ya pasaron los tiempos de locura y desenfreno, de llorar por las esquinas con dos copas de más y bailar hasta terminar descalza. Ya paso el amor loco, los truanes, las mejores amigas para siempre, las canciones que hablan de ti, el maquillaje extremo, las resacas, las fiestas sin fín ...
Ya paso todo lo que me recuerda a ti, el olor a fín de semana, el sabor del alcohol, el sentimiento de tu piel rozando con la mia.
Despertar y ver que ya no estas, que te has ido y sin avisar. No saber con quién iras ni dónde acabaras...
Se acabo el sufrir, el lamentar y el querer de los tiempos de atrás.

No quiero un amor civilizado

Y es balsámica la forma de querernos, la forma en que sentimos y lo demostramos. Quizás nadie lo entienda, quizás nos tomen por locos pero es que no necesitamos la bendición de nadie, no queremos la sensación de estar haciéndolo bien porque ya sentimos que así es.
No me hace falta que alguién celebre mi bienestar, mis dudas eventuales, mis mañanas calladas o mis noches locas .
Somos quienes somos y por ello estamos juntos.

Y como bien dice Sabina :
Yo no quiero un amor civilizado,
con recibos y escena del sofá;
yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado
con ganas de llorar.
Yo no quiero vecínas con pucheros;
yo no quiero sembrar ni compartir;
yo no quiero catorce de febrero
ni cumpleaños feliz.
Yo no quiero cargar con tus maletas;
yo no quiero que elijas mi champú;
yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta,
brindar a tu salud.
Yo no quiero domingos por la tarde;
yo no quiero columpio en el jardin;
lo que yo quiero, corazón cobarde,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.
Yo no quiero juntar para mañana,
no me pidas llegar a fin de mes;
yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana
sin ganas de comer.
Yo no quiero calor de invernadero;
yo no quiero besar tu cicatriz;
yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí.
No me esperes a las doce en el juzgado;
no me digas "volvamos a empezar";
yo no quiero ni libre ni ocupado,
ni carne ni pecado,
ni orgullo ni piedad.
Yo no quiero saber por qué lo hiciste;
yo no quiero contigo ni sin ti;
lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes,
es que mueras por mí.
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.